En lo que va del 2020 he estado con una racha de lecturas autobiográficas. He leído: “Memorias de una joven formal” de Simone de Beauvoir, “Memorias de abajo de Leonora Carrington y “Si esto es un hombre” de Primo Levi. Todas ellas muy buenas y muy recomendable. Ahora, sigo con mi racha autobiográfica sólo que en esta oportunidad es en formato novela gráfica. Así que decidí que febrero sería el mes de la narrativa gráfica y aprovecharé de ponerme al día con todos los cómics que tengo pendientes por ahí.
Fun Home de Alison Bechdel es el testimonio de la autora y su familia, del descubrimiento de su homosexualidad y la de su padre. La historia, narrada como un viaje iniciático del héroe (o anti-héroe en este caso), da cuenta de un proceso de autoconocimiento que no se limita netamente a descubrir su sexualidad sino también a poner en palabras (o dibujos) las emociones que la autora experimenta en relación a la figura de su padre. A través del simbolismo de la casa de los Bechdel, la autora nos recuerda que no todas las cosas son lo que aparentan y nos adentra en los secretos que se esconden en su familia.
Es una historia que aborda una gran cantidad de temas. No sólo reflexiona sobre la identidad y el descubrimiento sexual, sino también incursiona en la frialdad y fragilidad de ciertos vínculos familiares, de la soledad, la incomprensión, la complejidad de las emociones humanas y el duelo. Me encantó la forma en que Bechdel intenta explicar la relación con su padre y el descubrimiento de la homosexualidad de ambos. Para ello, la autora recurre a una serie de intertextos de la literatura para tratar de dar forma a esa relación tan ambivalente que mantienen: Desde el mito de Ícaro y Dédalo a Ulises y Telémaco, y por supuesto, también a Joyce. Pero los intertextos no quedan sólo en eso. Referencias a Fitzgerald, Henry James, Colette y Kate Millet, entre otros, componen el texto.
Definitivamente es una lectura que no deja indiferente!