Dientes Blancos
Zadie Smith
Páginas: 528
Fecha de publicación: 2000
Editorial: Salamandra
Nunca había leído nada de Zadie Smith, aunque había escuchado muy buenos comentarios de su obra. Así que decidí comenzar por su primera novela, Dientes Blancos.
Habiendo terminado de leerla, me ha costado mucho encontrar las palabras exactas que me permitan expresar lo que sentí leyendo Dientes Blancos. Y la verdad es que temo que lo que diga en esta entrada no sea capaz de hacerle justicia a lo increíble que es la novela y a la atención que merece hoy en día. No, no estoy exagerando. Así de buena me ha parecido.
La historia comienza centrándose en dos personajes: Archibald Jones y Samad Iqbal quienes, tras la segunda guerra mundial, forjan una inseparable amistad. El primero, se caracteriza por ser un hombre bastante mezquino, con un divorcio a rastras, un intento frustrado de suicidio y un trabajo mediocre. Sin embargo, la vida le da una segunda oportunidad y contrae matrimonio con Clara, una mujer mucho más joven que él y de origen jamaicano. Por otro lado, Samad Iqbal, es un inmigrante Bengalí que se ha asentado en Inglaterra con su esposa Alsana y ha tenido que enfrentar las dificultades de vivir en un país extranjero. Además, durante la novela, constantemente experimenta las contradicciones de vivir en un lugar con tradiciones distintas, donde siente que continuamente está traicionando sus orígenes musulmanes. Así, ambos personajes y el destino de sus familias comienzan a entrelazarse y nos enseñan cómo es la vida desde la perspectiva del desarraigo. Sobre todo hoy en día, en un mundo en constante cambio, transformación y con una gran diversidad cultural. De esta forma, entre los temas que se retratan, nos encontramos con la relevancia del pasado y de las tradiciones y cómo nos enfrentamos a éstas hoy en día.
Durante el transcurso de la novela, es inevitable encariñarse con cada uno de los personajes que Zadie Smith comienza a retratarnos. Todos ellos -a su manera- rotos, indefensos y contradictorios. Y es precisamente la forma en la que está construida la historia, la que permite esta cercanía y empatía con ellos, pues los acontecimientos se narran a partir de la perspectiva de cada uno de ellos. Pasando de Archibald a Samad, luego a sus respectivas esposas y, finalmente, a sus hijos. De esta forma, la pluralidad de voces que se presentan y las diferencias generacionales, aportan a la diversidad de cosmovisiones. Por lo tanto, no sólo estamos frente a distintas culturas, sino también frente a distintos pasados, experiencias, formas de pensar, intenciones, intereses, etc. Toda ellas en constante pugna.
Otra característica que creo que es importante destacar de Dientes Blancos, es que Zadie Smith escribe de una forma que cautiva al lector, manteniéndolo constantemente en suspenso frente a los hechos narrados y haciéndolo transitar por lo cómico y lo crudo a la vez.
Admito que tengo sentimientos contradictorios con respecto al próximo libro que lea de Zadie Smith. Por un lado estoy expectante a lo que pueda encontrar, pero también siento temor. Temor a que no haya algo mejor que Dientes Blancos, aunque espero que no sea así. ¡Grande Zadie Smith!
Valoración: 5/5 Estrellas